Vans surge, como sabemos, en California, en 1966.
En la siguiente década, en los 70, Vans propone a sus compradores y adeptos, un concurso de diseño en el que el ganador, además de sus zapatillas, podrá disfrutar de un día en un parque de atracciones, ni más ni menos que Disneyland, situado apenas a diez minutos de la tienda.
Así que, entre los modelos presentados, uno destaca: unas zapatillas ganadoras colocan un patrón a cuadros negros y blancos en la suela y alguien decide plasmar este estampado en algunos modelos del momento. Inmediatamente se empiezan a utilizar para skate y BMX. La que pasará a la historia por los cuadros es la Vans #98, una zapatilla básica sin cordones. Luego será rebautizada como Slip On. Algo así como “deslizar el pie dentro”. Así de simple.
Había nacido la Vans Slip On Checkerboard.
La siguiente década, los 80, los estudios de cine Universal producen una comedia juvenil que acabará convirtiéndose en una obra seminal e inspiradora para una nueva generación, Aquel Excitante Curso (Fast Times at Ridgemont High). Esta peli cumple 40 años.
Aparecen Sean Penn en el papel de surfero descerebrado, Eric Stoltz, un joven y memorable Forest Whitaker, Jennifer Jason Leigh y su primer desnudo y Nicolas Cage, con su apellido real: Coppola. Más tarde iba a cambiarlo. Un reparto completo.
David Lynch recibe una propuesta para dirigir esta comedia. La rechaza. Sin embargo, la suerte yace en el que es el guionista, Cameron Crowe. Este ya conocía muy bien y había trabajado con los Rolling Stone, Led Zeppelin, The Go-Go’s. Esta es la influencia, o parte de ella, que rodea el ambiente del adolescente ficticio Sean Penn.
La película se estrena en 1982. Esta película perfecciona el arte de disimular el product placement, concepto muy utilizado en marketing. Hasta entonces, cuando veías una marca en una película no pensabas cuánto dinero costaba esa aparición aparentemente casual. Hay películas financiadas integralmente por el product placement de una marca.
Sean Penn ya conoce la tienda de Vans de Santa Monica por su relación con la escena surfera de la localidad y desde allí le mandan algunos pares de Vans con la esperanza de que pudiese llevarlos en alguna película. La diseñadora de vestuario es la clave final. Marilyn Vance da su aprobación. Aquellas Vans Slip On a cuadros aparecen más tiempo en pantalla que incluso algunos de los actores protagonistas. No se trata de una película patrocinada y de hecho aparecen distintas marcas. Jeff Spicoli, el surfero con una actitud incompatible con la abstinencia, siempre lleva las Vans a cuadros. Estas Vans Checkerboard acaban convirtiéndose en la portada de la banda sonora.
El último paso es simple: Steve Van Doren, hijo del fundador de Vans, pide a la marca mil pares de Vans Slip On a cuadros. Las reparte en las emisoras de radio de aquello años 80, junto a la banda sonora de la película. Y, cada vez que sonaba algunas de sus canciones, el locutor solo nombraba la marca Vans.
Sean Penn se convierte en el símbolo del adolescente problemático y es la imagen perfecta para vender zapatillas. Melena rubia, camisas de flores y Vans Slip On Checkerboard son la imagen del clásicos adolescente gamberro y moderno.
40 años más tarde, Sean Penn con sus Vans a cuadros sigue siendo un personaje icónico y las Vans no han perdido potencia, ni tienen rival. El modelo Checkerboard blanco y negro es el más vendido.