La fusión que imaginó KENZO

Nunca habíamos llegado a estar tan cerca del corazón de Japón hasta conocer a Kenzo. Su arte era la fusión. Llevando consigo mismo un sueño, arraigado en la tradición de su Kansay natal, en el oriente asiático y creando pura reflexión de una visión rica en tradición y modernidad.

Las colecciones de Kenzo destacan, desde sus principios, por sus cortes geométrico, atrevidos, como si de origami se tratase.

Kenzo buscaba integrar el espíritu oriental al pragmatismo parisino. Hace décadas que la originalidad de los diseños de Kenzo convertía la marca en objeto de deseo. En cualquier ciudad del mundo, cualquier acera se llena del espíritu colorista, ensoñador y arraigado que imaginó Kenzo.

Las prendas de Kenzo tienen un sentido de la moda claro, son ponibles y aportan una libertad de movimiento increíble. La comodidad y la funcionalidad, requisitos indispensables para el triunfo en el siglo XXI, le proclaman precursor del sportwear .

Kenzo forma parte de la primera generación masculina que acude al colegio de diseño en Tokio. Y lo hace por su vocación, que los años han respaldado. La llamada del mundo de la moda era evidente. Tan sólo contaba con un ideal, un innegable talento y valentía. Justo lo que se lleva consigo, allá, en los años 70, para trasladarse desde Tokio a Paris.

En una calle parisina, el afán por crear hace que el fundador de la marca trabaje en su pequeña tienda. Al principio, con telas de kimono que se había traído de Japón y con cual crea su primera colección. Si tuvo repercusión, fue por ser inesperada y libre.

Este primer escaparate vende diseños que el mismo creador nipón confecciona. Un año más tarde, su propuesta estética se hace viral. Nace el concepto Kenzo Paris, concepto de fusión que será reconocido en todas sus prendas.

Así, Paris adopta su talento. El nuevo soplo de Kenzo se hace bienvenido y tiene una muy buena acogida. Ve crecer su marca. Es un crecimiento exponencial. Este primer año finaliza con un primer desfile, una aparición en la prensa de moda y un premio por parte de su Japón natal.

A lo largo de los años siguientes, Kenzo no deja de crear. El diseñador, que tuvo el privilegio de poder exponer un desfile en el mismísimo Studio 54, tenía como musas y modelos a Jerry Hall y también a Grace Jones. Para Kenzo, el sentido de la mundanidad y los viajes tenía un toque de descaro.

Kenzo buscaba la representación a través de los sentidos. Visualizaba las formas y las combinaba. Sus tonos vibrantes siguen despertando y provocan. Sus fragancias son fusión de pureza e inspiración floral. La revolución olfativa de Kenzo sigue siendo todo un himno de alegría a la seducción.

Con la reafirmación de Kenzo, se reafirma la fusión. Sus creaciones cuentan leyendas. Y es que, el mundo que Kenzo ha creado, es todo un mito.