Sí, esta primavera hablamos de clásicos atemporales

A la vista está: nuestro alrededor esta pincelado de colores pastel, como el vainilla, rosa, azul celeste, lavanda y crudo.

Además, en breve estaremos de celebración. La ya aclamada y deseada Madrid Fashion Week, que tardaba en dejarse disfrutar por lo evidente, dejará claras las tendencias de este año, a través de las propuestas de los diseñadores patrios. Re-inventados pero con muchas ideas creativas por proponer para este año.

Por encima de las tendencias, siempre estarán los clásicos atemporales. Los grandes clásicos atemporales.

¿Se puede crear un armario a prueba de tendencias sin caer en lo aburrido? La respuesta es sí y, además, aunque pueda parecer complicado, lo cierto es que es bastante más sencillo de lo que cabría esperar. De hecho, para muchas prescriptoras de estilo se trata simplemente de recurrir a prendas básicas, que garanticen el ansiado fondo de armario: ese catálogo de piezas capaces de solucionar desde un look de oficina a un after work  inesperado.

No obstante, si bien cada vez más diseñadores apuestan por afinar el tiro a la hora de crear piezas de calidad y líneas básicas, que permitan ese vestidor todoterreno, la fórmula del éxito no radica, al menos no plenamente, en los básicos.  El secreto se encuentra en ese difícil equilibrio entre las piezas únicas y que definen tu personalidad y otras más socorridas, que nos hagan sentir confortables a través de su textura, su corte o su estética.

En otras palabras: la combinación de piezas sobrias con otras que aporten pequeños toques inesperados, pero personales.

De una pincelada de color que sorprende en tonos neutros, a un bolso que acapare miradas, pasando por una joya que nos resulte querida, por su significado. Son esas pequeñas cosas las que marcarán la diferencia y las que garantizarán además que nuestros estilismos logren reinventarse a través de las temporadas sin mayores esfuerzos o inversión. He aquí la clave: combinar lo eterno con toques de temporada, pero sin sombrear el protagonismo de lo atemporal.

Nunca dejaré de decirlo: para acertar un look, he de ser auténtica.

  • Hay ciertas piezas, que suponen una inversión segura. Accesorios que se erigen por encima de tendencias y temporadas y que, por su estética, pero también por su carácter icónico, no despiertan duda alguna. El bolso negro, icónico y clásico, el trench en tono neutro o, por supuesto, el reloj cuadrado de malla. Clásicos que no envejecen.
  • Tras el furor vivido por el estampado de leopardo durante años, el ansiado relevo del animal print llega de la mano de estampados cebra, moteado o serpiente, el triunfador de la temporada actual. Bolsos, zapatos que se rinden al dibujo salvaje que emana libertad,  en su versión más clásica. Es el animal print.
  • El denim está en todos los vestidores, pero nada se equipará a unos vaqueros clásicos que sientan como un guante. Cada constitución corporal se ve favorecida por un corte aparte de jeans y la variedad que se encuentra en el mercado es muy generosa. Por eso, si de invertir en clásicos se trata, un vaquero lavado, recto y de tiro medio es una opción infalible que, como el vino de La Rioja, mejora con el paso del tiempo. El vaquero es como una segunda piel.
  • Y, pese a que las ocasiones especiales (ahora algo escasas, pero volverán) suponen una excusa para afinar el estilo, lo cierto es que el día a día encarna el grueso de nuestra estética. Si la antítesis de la elegancia es la obviedad, entonces en materia de la sutileza debe ser nuestra arma más pulida. En otras palabras, decántate por prendas de líneas puras y detalles especiales, que no reclamen atención en sí mismas, sino que se encarguen de hacer que ésta recaiga sobre ti. Protagonismo una sola vez en un look. La sutileza crea misterio.
  • Atuendo que está presente en nuestro armario: las gafas. Ajustar la forma de nuestras gafas de sol a nuestra anatomía y facciones del rostro es la clave de la elección acertada. Sin embargo, si hablamos de clásicos de estilo, hay gafas que siguen siendo imbatibles. Las favoritas de leyendas,  como Audrey Hepburn, siguen hoy actuales y deseadas, igual que hace sesenta años. Es decir, personalizar tu mirada, ya que es protagonista.
  • Como recurso estilístico perenne, la logomania se ha convertido ya en un gesto sinónimo de la atemporalidad. Cada marca ya apuesta por el estampado logomania.

El laconismo es una de las principales cualidades de lo atemporal y siempre hay cabida para ciertos guiños a nuestros gustos e historias personales. De ahí que algo tan sencillo como una joya con un charm especialmente querido resulte el complemento perfecto a cualquier look. O un reloj ya vintage que sienta tan bien se convierte en tu capsula que guarda algo de un pasado secreto.

Lo atemporal esta de moda. Siempre. Ha ganado solidez y guía, entre sus pilares inamovibles, la presencia de las tendencias. Son complementarias.