VALENTINO Garavani -este es su nombre completo y el que da el nombre a la marca- es un carismático. Su carisma es tal, que puede presumir de que incluso existe un color que lleva su nombre: el rojo Valentino. Valentino reconocía que siempre le había encantado el rojo, desde que tiene memoria, pero lo descubría y este se apoderaba de el después de su primer viaje a España. Eran los años ’60 y, en aquella época, Valentino vivía en París y tenía menos de veinte años. Fue invitado al teatro. Allí contempló a una serie de mujeres españolas elegantísimas, vestidas de rojo. Le parecieron espléndidas y fieras, muy sensuales y elegantes.
Las creaciones de Valentino son vestidos altamente femininos, diseños plagados de detalles como lazos, plumas, organza, plisados, drapeados o volantes. Valentino, director creativo romano, se inspira en el cine y en la cercania de las mujeres de su familia. La elegancia y el ritual de su madre, tías y primas constituyen su aprendizaje primario.
Siendo muy joven, este se mudó a París para lograr su objetivo de ser costurero y salir de Voghera, su pueblo natal en Italia. Ya instalado en la Paris, trabaja en los talleres de Jean Desses y Guy Laroche. Poco después, regresa a Roma y, junto a su socio, Giancarlo Giammetti, funda su propia marca: Valentino.
Genio y figura, de Valentino se dice que es tan disciplinado con sus placeres, así como con su trabajo.
Buscador infatigable de la belleza femenina, su carrera se desarrolla en una línea recta alejada de la tendencia. Viaja siempre en avión privado, acompañado de sus chefs, mayordomos, amigos y parejas, relaciones públicas y, por supuesto, sus cinco carlinos. Cada invierno acude a esquiar a Gstaad, un pueblo suizo de Gifferhorn, en el que el diseñador posee una de sus caprichosas residencias.
En 2008, coincidiendo con los fastos romanos organizados para celebrar sus 45 años en el mundo de la moda, Valentino, como director creativo, se retira. Maria Grazia Chiuri y su pareja, Pierpaolo Picciuri, toman las riendas de la dirección creativa de la casa Valentino. Añadiré que Maria Grazia Chiuri actualmente es la directora creativa de Dior y con gran éxito.
Pierpaolo se queda solo al frente de Valentino y no le va nada mal. Todo parece encajar.
Los diseños del romano han conseguido llegar hasta la Generacion Z a base de libertad creativa e inclusión. Una firma de lujo tiene que ser inclusiva. Si se queda en su terreno, no será lo suficientemente relevante.
Valentino es el responsable de tendencias, como la colección Rockstud, que veía la luz en 2010. Una combinación de equilibrio entre una linea ultrafeminina, con estampados florales y un desfile de colores con tachuelas y detalles rock. Un innovador.
Y, sin embargo, en la memoria de todos queda, para siempre, la sesión fotográfica: Roma, era el año 1959, entre las columnas de mármol impecable del Palacio Spada, vestidos de seda color rojo Valentino ondeaban sus vuelos ante las cámaras de la epoca. Nunca se había visto tanta belleza reunida.